-He
encontrado el cadáver de un hombre en la playa.
Este es el
comienzo de la tercera novela de Leticia Sánchez cuyo título toma del verso
de Ángel González “Cuando es invierno en el mar del Norte
Es verano en
Valparaíso”.
Una novela
que aúna el más puro estilo de Agatha
Christie con la narrativa detectivesca del S.XX.
El
detonante de la historia es la aparición de un hombre en la playa de Santa
Clara, podría ser un simple ahogamiento o un suicidio, pero no, es un
asesinato, en su corazón, como señalan
hay un agujero.
La
investigación se mueve en dos ámbitos diferenciados por el espacio, el tiempo,
dos voces narrativas, los números que señalan los distintos capítulos y la
música.
La
localización coincide con una Isla real, ubicada en la Riviera Francesa ,
mientras que en este caso parece estar, luego espero que Leticia nos lo aclare en
las Costas del mar del Norte, por el ambiente húmedo y frio que se describe.
Espacio uno:
Aunque el cadáver apareció en la playa la trayectoria de las mareas sitúa la muerte
de Antonio Trigo en la Isla d’Or, una isla privada visible desde la
playa, en la que se encuentra una edificación que fue un hospital de apestados,
un manicomio, un conservatorio, regentado por Uil Larfeuil, director, músico y luthier,
y finalmente el hogar de los Larfeuil.
En esta
ubicación se centra la investigación que
el Inspector Pambley y su ayudante Gloria realizan, ya que los miembros de la
familia están reunidos por la muerte del Patriarca. Un ambiente cerrado, opresivo,
una casa laberíntica, fría, aislada del mundo y poco acogedora. Durante los interrogatorios
afloran las locuras de algunos de los familiares, las tragedias, la infancia en
ese inhóspito lugar, los miedos y los caracteres de los distintos miembros de
la familia, que niegan conocer al asesinado. El narrador de este espacio es
Guillermo Larfeuil, nieto del patriarca familiar.
Esta parte
nos traslada a las novelas de Christie protagonizadas por Hércules Poirot,
reunión de sospechosos, un policía que parece no enterarse de las cosas, un
escenario único, un círculo cerrado entorno a los sospechosos.
Espacio
dos: abierto, el pueblo con el barrio Maravillas donde vivía Antonio Trigo, el
puerto, la zona de la playa con las grandes casonas de la gente más adinerada, el
Bar de Amalia, donde acudía Antonio. La narradora es Dora, una periodista sin
trabajo, que acaba de romper con su novio Matías y siente que el desplome de su
vida sentimental empezó con la visita a
la casa de sus suegros, justo el día que apareció el cuerpo de Antonio Trillo, esta
casualidad hace que se sienta unida a él y decida investigar su muerte.
“Cuando nos
obsesionamos con algo, todo gira a su alrededor y hace que lleguemos a ser
capaces de ver los minúsculos cruces en forma de prodigiosas coincidencias”
relata Dora.
Este
entorno, su narración y su protagonista recuerdan más al género de novela negra. Dora tiene un espectro más
amplio para investigar.
Ambos
espacios están separados tipográficamente y musicalmente, los capítulos en la
Isla d’Or están encabezados o señalados con números romanos, más clásicos, sus
miembros escuchan y viven la música clásica; paralelamente los de Dora se numeran con
arábigos, más actuales y la música que escucha es actual.
El tiempo también
es distinto, aunque en los dos, los pensamientos y vivencias se mueven entre el
pasado y el presente, el presente en la isla parece que se ha detenido y la acción
transcurre en un solo día; mientras que en el ámbito de Dora, el pueblo de
Antonio, la acción parece discurrir en un tiempo más dilatado, de días o
incluso semanas.
La manera
de conocer a Antonio Trigo es distinta, para la familia se ve como una amenaza,
Dora, sin embargo, descubre su lado más humano.
Es una
novela en la que el amor y el desamor van de la mano, tanto Dora como Antonio
tienen un agujero en el corazón, una ficticio y otro real.
Una novela
con un final sorprendente que seguro que os gustará.
(Comentario de Elena Losa)