Mañana viernes, 23 de octubre, Leonardo Padura
recogerá el Premio Princesa de Asturias de La Letras 2015. Este cubano
que no sabe bailar salsa y ama el beisbol, recibirá el galardón con la sonrisa
en sus labios, la emoción en su corazón y seguro que vendrá a su memoria, su
carismático personaje, Mario Conde, teniente de policía, al que doto de gran
intuición para resolver intrincados casos policiales en su Cuba natal, amante
de la literatura que sueña con escribir una novela, sensible al amor pero sobre
todo fiel amigo de sus amigos. Y seguro le recordará porque es parte de sí
mismo y en su tetralogía : Pasado Perfecto, Vientos de Cuaresma, Máscaras y
Paisaje de Otoño, nos fue desgranando un poco de su vida y su
personalidad, del ambiente de Cuba, a veces con una crítica velada, pero sobre
todo su buen hacer como escritor. Mario Conde estará con él sin
duda, porque los grandes personajes acompañan a su creador toda su vida y
de vez en cuando retornan a sus obras, en Adiós Hemingway,
ya no es policía, se dedica a la compraventa de libros viejos y nos ayuda a
desmitificar la imponente figura de Hemingway.
Un escritor que sabe imprimir a sus personajes de
una gran humanidad, tanto en sus relatos como en sus novelas, tal es el caso de
Ramón Mercader, protagonista de su novela "El hombre que amaba a los
perros", todo ello aderezado con
una riqueza expresiva, descriptiva y lingüística propia de un gran narrador.
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